En una tarde de otoño,
una promesa se rompió.
y quien decía amarme profundamente,
lentamente de mi vida se borró.
Aquel día de tanto dolor,
sin saber el porqué de su rencor,
me pidió que admitiera,
mi gran y único error.
Aunque el alma me dolía
y el corazón fuertemente latía.
No me animé a reconocer mi equivocación
frente a esos bellos ojos de pasión.
Y como en los cuentos de brujas
una y otra vez él repitió
que un hechizo me haría
por causarle tanto dolor.
Los días transcurrieron
y sola me sentí.
Pero nada podía hacer,
porque fui yo quien lo hizo sufrir.
Cuando al fin quise olvidarlo,
algo muy raro sucedió,
La noche le dio paso,
a ese maldito conjuro de amor.
Mi cuarto no era mi cuarto,
mi baño no era mi baño;
perpleja quedé frente el espejo
perpleja quedé frente el espejo
al ver que yo no era “yo”.
¿Qué fue lo que me hizo?
este cuerpo no me pertenecía
y aunque quería llorar
no lo permitía.-
¿Por qué pasar del amor al odio?
si nos amábamos profundamente…
si nos amábamos profundamente…
Pero no me preocupo
Porque la venganza llegará rápidamente.-
PAMELA FERNÁNDEZ