Había una vez cuatro chicos que vivían en Córdoba y planeaban irse de campamento a un bosque. El viaje duró cuatro horas, pero para ellos no pasaban más. Llegaron al lugar y era precioso, bajaron las cosas y se repartieron las tareas. Marcos y Juani armarían la carpa, mientras que Emmanuel, Alma y Melani prepararían la cena.
Llegó la noche y por suerte ya estaba todo genial.
Bajo la luz de las estrellas armaron el fogón, cenaron, cantaron y rieron mucho, pero ya todos estaban muy cansados y decidieron ir a dormir. Despertaron muy contentos, pero fue grande la sorpresa al ver que raramente apareció una canoa al lado de la carpa, dudaron en tomarla pero al final, la terminaron utilizando. A Juani se le ocurrió navegar, a todos les encantó la idea, la acercaron al río y empezaron el recorrido. Cuando de repente se descuidaron por un momento y cayeron a una cascada. Sólo se salvaron Emmanuel y Melani.
Fue muy triste sufrir esa pérdida. Después de eso recogieron sus cosas y volvieron a casa.
Solo queda el recuerdo de amigos inseparables, de recuerdos inolvidables, y aunque no estén físicamente, siempre habrá un lugar reservado especialmente para ellos.
MICAELA ROSSINI
