En un cálido verano en donde el sol calentaba todo a su paso, dos hermanos llamados Renzo y Paulo estaban muy acalorados y aburridos, no pensaban más que en sentarse frente al ventilador y descansar. Un día como cualquiera el padre de los hermanos entró contento porque entraba de vacaciones ese mismo día y porque un amigo había conseguido cuatro boletos de avión para viajar a Brasil.
A la mañana siguiente ya estaba todo listo para salir, la madre de los chicos había preparado una canasta con rica comida, ya estaba todo en su lugar así que partieron hacia el aeropuerto.
Al tomar el avión B-44 se podía notar la gran sonrisa de Renzo y Paulo que partían hacia una nueva aventura, al volar sobre Brasil se notaban los grandes bosques enmarañados una vista hermosa al llegar al hotel, los chicos estaban desesperados por salir de campamento, el padre ya se había cansado de oírlos así que decidió llevarlos.
Ya era tardecita y hacía como quince minutos que estaban dando vueltas en el bosque, así que decidieron acampar cerca del río, Renzo y Paulo armaron la carpa y el padre había traído la canasta con comida.
Como no era muy tarde los chicos tomaron la canoa y fueron al río a navegar mientras el padre descansaba. Los chicos sin querer tomaron el camino equivocado e iban directo a una cascada cerca de caer y perder la vida. Un extraño lanzó una liana y los enlazó a los dos. Pero luego perdió la vida.
Corrieron hacia el campamento y le contaron todo a su padre entonces los abrazó muy fuerte y sin decir nada tuvieron que volver al hotel, y el que los había salvado era su padre y esos niños nunca se enteraron y nunca lo dirán porque “es un secreto”.
LEONEL VÁZQUEZ
