domingo, 28 de noviembre de 2010

La verdad escondida en el pasado













Mis amigas y yo íbamos de vacaciones a un campo, era verano, hacía mucho calor. Decidimos encender el aire acondicionado. Todo marchaba bien hasta que la camioneta se paró. Mucho antes que esto pasara, habíamos visto a una mujer, ella nos pasó, nosotras no sabíamos qué había ocurrido con la chata. La señora se nos paró en frente, nos miró y siguió caminando, era muy rara, tenía ojos blanco y celeste, además una actitud extraña en su mirada, es decir como si fuera una mujer perdida. Pero no le dimos mucha importancia, estábamos de vacaciones y queríamos llegar a destino. Pudimos  arreglar la camioneta y seguimos de viaje.
Llegamos a un campo, ya era tarde y todas estábamos muy cansadas, decidimos ir a dormir y dejar la diversión para el día siguiente. Cuando al fin logré dormirme soñé con esta mujer, ella venía hacia mí, parecía real, pero lo que más terror me dio, fue que me confesó que la habían secuestrado, hace cuarenta años y como sus padres no tenían mucho dinero, nunca la devolvieron a su familia, la mataron al cumplir seis años.
Me desperté desesperada. Estaba exhausta y  lo único  que había hecho era dormir, traté de recordar lo que esta mujer me había dicho, pero todo se había borrado de mi mente. Le conté lo sucedido a mis amigas, ninguna me creyó…Volví a dormir.
Al día siguiente desperté, pero ninguna de mis amigas se encontraba. Decidí salir de la casa, tal vez estarían allí, mis pensamientos fueron correctos, estaban cabalgando.
Me molestó que no me hubiesen avisado, pero no arruinaría mis vacaciones.
Un extraño hombre me tocó el hombro, me dijo que era una detective, investigaba un asesinato que había sucedido en ese campo. Lo dejé entrar a la casa, recorrió todas las habitaciones y luego fue al sótano. Allí había huellas de sangre en la pared, fue muy raro para mí ver todo eso porque nunca había entrado allí, ni sabía que existía.
La gente que antes vivía allí realizaba una serie de matanzas de animales bovinos, y no habían limpiado esos restos por alguna razón. Todo había sido una confusión…..Por suerte.

FLORENCIA CLARAMONTE