domingo, 28 de noviembre de 2010

La venganza - Segundo Lugar













Hace pocos años un chico llamado Marcos juntaba figuritas de guerreros junto a sus amigos. Aunque nadie pensaba que una de ellas, la más valiosa, podía ser un espíritu maligno. Marcos tenía esa figurita, era un guerrero oriental que según contaba su historia había luchado con su país y era un gran héroe, lo habían matado en la hoguera después de ser prisionero de sus eternos enemigos, los guerreros del rey Camaleón que a él lo habían traicionado.
Una noche mientras estaba durmiendo, se despertó y vio una luz que lo atrapó. Fue hacia ella, era su figurita del guerrero pero ahora no se encontraba más, había despertado para cobrar venganza. Eso al menos creía Marcos, pues era fanático de esas historias.
En la figurita había un mapa que indicaba, adónde iba a ir el guerrero, estaba muy lejos de su casa.
El guerrero ya se encontraba detrás de sus enemigos, ya que se había trasladado de un lugar a otro gracias a un espíritu maligno que tenía dentro; después de buscar a sus enemigos quería agarrarlos y colgarlos en la hoguera, uno por uno. Luego encontró su guarida en el lugar que menos pensaba, el templo donde entrenaba. Fue matando a uno por uno hasta llegar a la suma de cinco guerreros. El rey sospechaba de alguien pero nunca de él pues ya estaba muerto. Cuando el guerrero avanzó matando a todos, de uno a la vez, ya se encontró con el rey y en una lucha de cuerpo a cuerpo. El soberano no reaccionaba cómo podía ser pero tanto quería matar que el rey murió con una espada en el cuello.
Marcos, después de unos días sin su figurita vio de nuevo una luz: era el guerrero que había regresado pero con una historia y una apariencia nueva. La historia decía que el que tuviera esa figurita era su reencarnación.
Marcos mucho no se asustó pero nunca perdió su figurita. 

FRANCISCO BRUSASCA