domingo, 28 de noviembre de 2010

Una melodía para mi amor











Se conocieron en aquel viejo bar. Sus miradas se conectaron en el primer momento. Ambos sintieron algo nuevo, mágico, que no supieron expresar. Él juntó coraje y sentó en su mesa, no la conocía  pero algo de esa joven lo atraía. Se presentó diciendo su nombre y profesión.
-Y yo soy Pamela, una violinista.-respondió ella. Así empezó todo, una larga charla que hubieran querido, fuese infinita.
Pero una llamada los interrumpió, ella debía marcharse. Acordaron verse al día siguiente, en el mismo lugar. Esa noche ninguno pudo dormir, esperando ansiosos que llegara la hora de encontrarse. Lo extraño fue, que él no se presentó a la cita. Ella intentó buscarlo, no sirvió de nada, nadie conocía a Guillermo Battistuta.
Los días fueron pasando y aunque sólo habían hablado una vez, ella no conseguía sacarlo de su mente. Por eso no se rindió, siguió buscándolo hasta que debió abandonar la ciudad, su profesión la obligaba.
Con el transcurrir de los meses la joven comenzó a adquirir  reconocimiento, la gente empezaba a valorar su talento, sin embargo su felicidad se veía manchada por el recuerdo de aquella tarde que había marcado su vida. Con 24 años jamás había vivido algo así, aunque no quería reconocer que se había enamorado de aquel extraño. Cada noche lo pensaba y se cuestionaba, había mil preguntas que no la dejaban en paz. Pero de a poco su carrera comenzó a volverse más importante y a quitarle muchas horas, así que consumió cada uno de sus instantes, durmiendo a aquel sentimiento.
Dos años después de ese mágico encuentro ella había conseguido olvidarlo por completo, hasta que recibió una llamada, una mujer la contrataba para una ceremonia para recordar a su hermano, fallecido hacía dos años.
Pamela acudió al lugar y al ver la foto del hombre se le heló la sangre, soltó el violín y no pudo pronunciar ni una palabra. Era él, ese hombre que había conocido en aquel bar y nunca volvió a aparecer.
Él había fallecido el día en que iban a volver a verse.
Al saberlo, la violinista reencontró miles de sentimientos dentro de sí misma y con una melodía se despidió de él. Ese día fue el más duro y cruel que había vivido.
En honor a él nació la canción, una triste melodía para mi amor.   

JIMENA LÓPEZ