jueves, 25 de noviembre de 2010

Una sorpresa maravillosa - Tercer Lugar Compartido











Virginia era una niña muy dulce, adorable e inteligente. Le encantaban leer cuentos maravillosos sobre hadas, magos, duendes, princesas encantadas. Siempre que podía se encerraba en un lugar tranquilo y leía sin parar, era su mundo la fantasía.
Un día llegó a la escuela y todos estaban estudiando. Ella le preguntó a su mejor amiga, Alicia, el porqué. Y ésta le dijo:
 _ Hoy toman prueba de geometría _.
Virginia, desesperada, se puso a estudiar pero había tanto ruido en el aula que se fue al laboratorio. Después de cinco minutos, sintió que la llave se movía y con un ruido seco, se trancaba. Quiso abrirla y no pudo, además no estaba a la vista la llave. Todo estaba demasiado oscuro, caminó unos pasos y, no podía creer lo que veía: los huesos del esqueleto bailando sin parar. Virginia creía estar loca pero no, porque le hablaba y hasta sabía su nombre. Ella le dijo:
 -¡Hola! Y el esqueleto le respondió lo mismo, le mostró un mapa secreto que para ella parecía de la tercera dimensión.
Ahora podría disfrutar de las historias que tanto había imaginado.  Debía prestar atención y seguir las instrucciones: primero, un camino, luego, tuvo que tirarse a un pozo, parecía sin fondo pero pudo poner los pies sobre la tierra. ¡Parecía rarísimo para Virginia! Allí había muchos animales, lugares encantados, personajes maravillosos…  y después de recorrerlo todo, encontró nuevamente al esqueleto y le dijo:
 _Esto es muy raro y lindo pero ahora muéstrame la salida y el esqueleto le dijo:
_Podrás salir siempre que prometas no olvidarme y regresar pronto porque es feo estar solo.
Virginia, al fin, logró salir. Y lo que para ella resultó una eternidad, sólo fueron quince minutos de intensa aventura pero la prueba la esperaba.
 Continúa siendo una niña. Y cada vez que tiene tiempo libre, visita a su gran amigo, el esqueleto.
                                           ELOÍSA BONCI