domingo, 28 de noviembre de 2010

La historia de los chicos, la vieja y el mago










Había una vez una cueva donde vivía una horrible vieja. Tenía nariz en forma de gancho, era pelada y las uñas las tenía más largas que el cuerpo.
Cerca de su hogar había un palacio con un árbol encantado. Un día los amigos de Juan agarraron piedras y las arrojaron a las paredes del lugar. En el palacio había un mago que decía palabras mágicas y les hizo un hechizo a los amigos  de Juan. El mismo consistía en que cuando hablaban les saldrían  sapos de a boca en  cambio a Juan,  monedas de oro por cada palabra que dijera.
Los amigos se disculparon por tirar las piedras, el mago los perdonó y les sacó el hechizo de los sapos y a Juan, el de las monedas.
Al día siguiente, la vieja le llevó un regalo a cada uno.
En fin, dejó de ser mala, se le acomodó la nariz, le creció el pelo y las uñas se le achicaron.
Todos los chicos se alegraron y gritaron:
_¡La vieja es buena! ¡Aleluya!

MARÍA BELÉN SARBORARIA