domingo, 28 de noviembre de 2010

Corrí al baño - Primer Lugar









Ayer, mientras hacía una torta con mi mamá, sentí que alguien me llamaba. Le dije a mi mamá que me esperase un ratito. Fui hasta mi pieza pero no sentí nada, estaba casi por llegar a la cocina, en donde estaba mi mamá y escuché que me llamaban otra vez. Esta vez, la voz que pronunciaba mi nombre venía del baño. Caminé hasta allí pero cuando llegué no vi nada; se me ocurrió mirar el inodoro pero no pude encontrar nada.
Cuando dejé de prestarle atención al inodoro, miré hacia la puerta y me sorprendí. La puerta yo no estaba, sólo se veía una escasa pared de hojas que se movían, cuando me acerqué un poco más, las hojas se movieron dejándome una puerta. Sentí otra vez que me llamaban, entonces avancé hacia el oscuro orificio, cuando pasé del otro lado ya no era oscuro sino que había un sapo al lado de un gran árbol que me dijo:
_Yo era el que te llamaba, quiero que vengas conmigo.
_ ¿Vos me llamabas? ¿Y para qué?_pregunté con mucha intriga.
_Te necesitamos, sólo alguien tan grande como vos nos puede ayudar _me respondió el sapo.
Lo acompañé hasta una cascada que no era muy grande, tenía un tronco que obstruía el camino del agua. El sapo me comentó que un gorila, muy egoísta lo había puesto ahí para que nadie pudiera tomar o nadar en el agua; nosotros la necesitamos dijo el sapo en voz alta.
Bueno los voy a ayudar_ dije_ Pero… ¿qué tengo que hacer?
_ Tenés que mover el tronco.
Fue muy fácil, lo moví sin hacer fuerza alguna. El sapo me agradeció mucho y eso me gustó. Le pregunté cómo podía hacer para regresar a mi casa y él me dijo:
_Mírame sin cerrar los ojos durante cuatro segundos.
Hice lo que me dijo y aparecí, de nuevo, en mi casa.
Mis papás se están por separar, cada vez que escucho sus discusiones, corro al baño y miro el inodoro, para ir a un lugar en el que sí soy feliz.

NICOLÁS ROSSO