domingo, 28 de noviembre de 2010

A solas con la momia













Acostada en el auto, esperando que llegáramos,  escuché que mamá dijo con gran entusiasmo: ¡Llegamos! Me senté y miré a los costados, abrí la puerta y bajé. ¡Estábamos en un lugar asombroso! Era uno de los parques más conocidos del mundo.
_ ¿A qué atracción subiremos primero? –dije.
_ Elegí vos, me dijo. Fuimos caminando adonde había un cartel que decía ¡Pirámide misteriosa! Entramos y una chica nos dio un mapa para no perdernos. Una calavera nos contó una historia de momias, hicimos un recorrido muy aterrador y hacia el final, había una momia sentada en un sarcófago. Me arrimé a sacarme una foto hasta que sentí que el mundo se venía abajo. Caí, me levanté. Papá y mamá habían desaparecido, estaba a solas con la momia y como si fuera poco en un desierto lleno de arena. Le dije que quería  volver  a la pirámide y ella me dijo que primero debía hallar un tesoro.
Empecé a correr desesperada a buscarlo, pasaron días y días buscándolo, no había forma. Hasta que vi detrás de una piedra un color que resaltaba, corrí y allí estaba. Grité:
- ¡Momia! ¡El tesoro!
Cerré los ojos y cuando los abrí estaba en mi auto.
¡Todo había sido un sueño!

BÁRBARA COMINO