domingo, 28 de noviembre de 2010

Un desvío en mi vida










Todo se encontraba normal hasta el momento aunque a veces tenía la extraña sensación de volar y las cosas con frecuencia se nublaban.
Ya había hablado con miles de personas extrañas que nunca vi en mi vida y hasta tuve recuerdos que ni yo sabía que había vivido.
En fin me sentía extraña pero estaba tan adormecida que todo era normal para mí.
Pude deducir que el lugar en donde estaba no era mi casa ni siquiera era una casa, parecido pero no, ese lugar no era una casa. Había muchísima gente corriendo hacia todos lados y el olor era repulsivo.
De repente no me encontraba más en ese lugar, estaba flotando en la nada, desorientada, confundida… hasta que él apareció y fue en ese momento cuando me di cuenta de que todo era irreal, era imposible tenerlo frente a mí, mirándome, respirando… no quería que ese momento se terminara jamás.
Escuché cómo decía mi nombre, lo repetía una y otra vez. No era su voz pero él me llamaba.
¡La hora del encuentro había llegado! Pero… ¿Realmente los pasadizos se habían unido y nuestras almas se habían comunicado? ¡Qué estúpida ilusión mía había sido todo esto! No, los pasadizos seguían paralelos como antes, abrí los ojos y allí estaba un hombre extraño, distinto, no era él. Me preguntaba si me encontraba bien, le respondí que sí algo asustada y me explicó que me encontraba en un hospital, porque había tenido un accidente en mi auto cuando iba a trabajar hace algunos días. Iba a recuperarme.
Pero esa especie de sueño me había demostrado que él aún vivía en algún  lugar, que algún día íbamos a estar juntos para siempre, más allá de todo, el amor que nos teníamos era muy fuerte.
Por ahora no es el momento pero cuando Dios disponga, voy a estar con mi ángel.

 CAMILA CERRUTTI