domingo, 28 de noviembre de 2010

Una razón para vivir - Mención de Honor










Sara recibió un apostal desde Polonia, Lucía se la enviaba, ésta decía:
“Terminé aquí por cosas de la vida, él me trajo aquí. Me dijo que la moda de aquí me iba a llevar lejos, yo acepté. Pero él me abandonó y aquí estoy sola, juntando dinero. Quiero regresar, la soledad me consume”.
Al llegar esta carta el llanto me consumía, después de perder a mi bebé era susceptible a todo, pero esto era grave, mi amiga sola en algún lugar desconocido. Mi pozo de depresión era cada vez mas profundo.
Pero el jueves tenía que salir a despejarme, y así lo hice. Fui a un bar y me vio. Vino a hablarme y me invitó a tomar algo, estaba sola y ya no podía perder nada más.
Nos conocimos un tiempo, realmente lo quería y él a mí también. Pero Carriel lo hizo, me clavó un puñal por la espalda, lo vi con Agostina.
La vida me daba vuelta la cara,  mis padres ya no estaban, quedé embarazada de mi gran amor y nuestro bebé murió. El destino nos separó.
Y hoy que pensaba en mi oportunidad de vivir, él me traiciona.
Lucía volvió a animarme, siempre decía: si te caes siete veces, levántate ocho.
Y eso intentaba, pienso todos los días en adoptar, en darme y darle a otro la oportunidad de ser feliz. Ya comencé con los papeles, es algo complicado, pero no voy a caer. Lucía me demuestra día a día su fuerza y yo también quiero hacerlo.
Hoy me dijeron que podía adoptarlas, sí a dos, eran mellizas, Franca y Virginia, son preciosas, tengo treinta días de prueba, pero creo que ellas son mi razón de vivir.
14 de enero de 2001, pasamos nuestro primer día juntas, en familia.
Nos queda mucho por recorrer, pero hoy quiero decir: que la vida siempre nos tiene preparado algo, después del túnel. Y ésta es la lección más importante que aprendí.

SARA GASTALDI