Otra vez no pude dormir. Me levanto y veo el sol asomarse dejando otro día para ser.
Miro las chozas de mis vecinos, mis pares, acá en el asentamiento sufriendo por mi mismo mal y me pongo a pensar en qué estará haciendo ese doctor de la ley que politiqueando vino hasta acá a vender aire y promete a dos manos sin nunca tener que cumplir nada.
Esa gente solamente se acuerda de nosotros en época de elecciones, ¿Qué raro no?
Ya adentro enciendo el televisor y todo lo que veo son incoherencias como “la desocupación bajo “o “el índice de pobreza sigue disminuyendo” y en seguida me acuerdo por qué no me gusta esa caja de plástico, es la auténtica cara de la mentira.
Estoy cansado de trabajar sin parar todo el día solamente para ver la casona que se está haciendo mi patrón con mi esfuerzo y llegar a mi casa, si así se le puede llamar, y ver a mi mujer haciendo una sonrisa forzada, preguntándome cómo me fue y yo sin traer nada en mis manos más que resentimiento.-
A veces pienso en salir a robar a los que más tienen total a ellos no les hace falta. Enseguida se me viene la imagen de mi viejo a la mente, enseñándome que la dignidad es lo que más vale, ¿pero cuánto vale la dignidad, cuando ves a tus hijos con hambre y .vos no podes hacer nada?
Por lo tanto sigo rezándole a un Dios que nunca me escucha pero no voy a aflojar, sólo ese Dios sabrá cuánto va a aguantar mi fe y le agradezco por tener a mi familia, mi hijo de ocho años, mi hija de cinco y mi fiel mujer.
Ellos son los que me dan paz y la fuerza para seguir en la lucha.
Es así como empieza otro día, otro día para ser.
Mejor me voy a vestir para ir al trabajo que se me está haciendo tarde.
GIANFRANCO GIOLITTI
