domingo, 28 de noviembre de 2010

La aventura en Egipto - Mención de Honor












Había una vez un arqueólogo que fue contratado para buscar un tesoro en el desierto de Egipto. Se llamaba Marcos y tenía un hijo al que llamaba Viran.
Antes de partir buscó el mapa, preparó comida, ropa, artefactos y su hijo también se alistó, pues no se perdería la aventura.
Cuando todo estaba listo partieron en el jeep directo al lugar de búsqueda.
A las doce horas de viaje llegaron, observaron el mapa y comenzaron a cavar pero no encontraron nada. Entonces caminaron hacia donde les marcaba la brújula. Al rato, Brian vio desde lejos una pirámide y con su padre decidieron correr hacia allá.
En la entrada encontraron una calavera que los alertó y el padre se negó a entrar, pero el hijo entró corriendo. El padre desesperado lo siguió.
Brian se sorprendió demasiado ante la presencia de un sarcófago que se abría lentamente.
Y de repente una momia lo salió a correr, como su padre no estaba allí, comenzó a gritar, entonces todo empezó a caerse. Marcos escuchó uno de sus gritos y lo buscó por todos lados. Pero no lo encontraba, cuando vio que su hijo venía corriendo.
Él también corrió a ese encuentro, pero no tuvieron tiempo de abrazos, besos, nada sólo de correr hacia la salida porque aquella pirámide se estaba derrumbando.
Ya a salvo, decidieron regresar, pues esa aventura fue inolvidable porque el padre descubrió que  tenía el tesoro más grande: ¡su hijo!

TANIA SALVÁTICO