domingo, 28 de noviembre de 2010

El detective y su novia delfina












Un doce de enero era el cumpleaños de Brunilla, mi vecina, y como estábamos en vacaciones, me invitó con su familia a Carlos Paz. Estábamos ansiosos por viajar, pero todavía faltaba una semana.
Cuando llegó el día en que debíamos partir, íbamos muy contentas en el auto, cuando de repente nos sorprendimos con un cartel “Mujer perdida”.
Pero nada nos importó, pensábamos que era toda una mentira. Cuando llegamos al lugar, fuimos a una inmobiliaria y nos dio una casa, entramos al hogar, lo miramos y a la tarde fuimos a hacer una aventura. Por la noche volvimos, José recibió el siguiente mensaje de texto: “En la casa que paraste, hay fantasmas ¡Ojo!  Entraron al lugar, había huellas con sangre.
Agustina dijo:
 _Es un mentiroso.
Delfina, fue a la habitación, abrió la puerta del armario y se encontró con el supuesto detective, que les había hecho una broma.
Él era el novio de Delfina, que había venido de visita.

ANA PAULA PARTRIDGE